domingo, 10 de agosto de 2008

Aullidos


"No puede domesticar lo salvaje. Es natural"


Lo decía uno de los licántropos en la delirante y siniestra parte final de la película dirigida por un joven, y en plena forma, Joe Dante junto a un Sayles en estado de gracia después de haber escrito Piraña, formando otra vez un equipo más que efectivo con Dante. Digámoslo, puede que sea la frase que resuma los valores de la película: Aullidos encuentra su fuerza y su belleza en la brutalidad de un tipo de hommbre lobo excesivamente salvaje, depravado y con...problemas emocionales.

Sin tomarse ninguna complaciencia con el espectador y totalmente agria, lo que no quiere decir que se permita destilar humor en casi toda la-repito, excelentísima- parte final,Aullidos empieza casi como un giallo, o empieza donde sería la parte final de cualquier thriller pero dirigido de una manera mucho más onírica, cuando nuestra protagonista se acerca al loco que le acecha. Dante consigue de los primeros quince minutos un resumen serio de a lo más tarde encontraremos: Brutalidad y perversión. Por una parte, en la historia, econtraremos la historia ya citada: La de nuestra atacada y famosa protagonista junto a su marido, en el que esos quince minutos los marcarán hasta ser el causante de la marcha a una villa para hacer terapia de grupo.

Por otra parte, tenemos la parte más Hammer, es decir, la investigación paralela del caso de nuestra protagonista. La pareja de periodistas descubre todo lo que envuelve la leyenda de los hombres lobo. La que, inexorablemente, tiene que acabar metiéndose de lleno en la historia.

En Aullidos, los protagonistas se encuentran indefensos en su peor momento emocional y, como indefensos, resulta imposible salir bien de la situación. Ahí se encuentra otro acierto de Aullidos, la falta de complacencia con el espectador de la que hablaba antes, aparte de que Dante sabe perfectamente mantener el pulso escenas de los ataques de licántropos sin perder en ningún momento tanto la emoción como la espectacularidad. Es lo que me lleva a recordar-¡llámenme loco si quieren!- Perros de paja de Sam Peckinpah, tanto en el ritmo de la narración como en la llegada de un matrimonio en una comunidad hostil.

Referencial, sí, Aullidos se sabe alejar de una manera inteligente, y no se limita la pura referencialidad, sino que crea una nueva vía con un hombre lobo dibujado ya como más poderoso y como secta de locos. Mención especial un final tan impactante como inolvidable: Una transformación y una muerte en directo desde la televisión. Que también define a Aullidos, una buena idea llevada hasta el extremo.

3 comentarios:

Libertino dijo...

Me gusta más el fondo que la forma. Me resulta demasiado irregular, siempre que la veo me digo a mi mismo: no puede ser, seguro que ahora mismo todo lo que se te está ocurriendo va a pasar"
Pero nunca pasa nada.
Y joder, no puedo escribir en el blog de Alvy Singer porque me sale un error del demonio cuando llevo escrito un tocho (dos veces ya, coño) y no puedo meter vidilla en el post wall-esco

Pablo G. dijo...

Saludos amigo, espero que todo te vaya genial. Un abrazo

El Miope Muñoz dijo...

A mi me parece un clásico MAYÚSCULO de mi amado, amadísimo Joe Dante. Vamos, que es fundamental para todo. Incluso para entender como los hombres lobo MOLAN tanto.